Presunção e normativização do dolo e sua incompatibilidade com o princípio da dignidade da pessoa humana

Abstract

El ser humano, siempre dividido entre las pasiones de la libertad y la seguridad, vive con gran intensidad los dilemas del mundo moderno, marcado por la presencia constante de las más diversas formas de peligro. En un entorno tan inestable, crece y se fortalece en gran medida el discurso punitivsta, según lo cual la ley penal debe aportar soluciones a los principales problemas que aquejan a la sociedad. El florecimiento de la cultura del miedo y el castigo, estimulado por los medios de comunicación y explotado por los políticos oportunistas, conduce a la demanda de más criminalizaciones y endurecimiento de las sanciones penales para combatir la " impunidad". Entre las más sofisticadas tendencias punitivistas contemporáneas son la presunción y la normativización del dolo, procedimientos destinados a facilitar la asignación de imputación de este proceso elemento subjetivo. De la presunción del dolo a partir de fórmulas matemáticas resultan muchos riesgos para los derechos y garantías fundamentales, tales como los relacionados con los principios de la amplia defensa, lo contradictorio y la presunción de inocencia; de su normativización, la nocividad escondida en las construcciones legales artificiales que desprecian o redefinen datos empíricos de forma arbitraria. Se plantea la cuestión de la compatibilidad de dichos procedimientos con el principio constitucional de la dignidad humana, prerrogativa de tratamiento que necesita ser examinados con más cautela en relación a sus fundamentos, su concepto y su ámbito de protección. Esto nos lleva a las reflexiones filosóficas sobre el concepto de la dignidad y de la propia persona. A través de ellos, se observa que el valor que sustenta la dignidad humana reside principalmente en las facultades mentales del hombre, entre las cuales se destacan la razón y la voluntad. La razón es una facultad mental humana cuya afirmación filosófica es muy sedimentada, y que es empleada por la mayoría de los autores como el fundamento central de la dignidad humana. La voluntad, sin embargo, adolece de ambigüedad conceptual causadora de muchos desacuerdos, e carece de un examen más detenido. En el camino, constatamos que la intención es la manifestación psíquica de la voluntad más específica, y que ella tiene un valor inquebrantable como criterio para la asignación del valor o disvalor ético. Por la relevancia de los procesos gnoseológicos y de los procesos éticos para el hombre, concluimos de que tanto la razón y la voluntad son rasgos característicos de la persona, por lo que no pueden ser ignorados o arbitrariamente normativizados a favor de fines políticos criminales. Debe el concepto de dolo, y cualquier otra institución jurídica, considerar la razón y la voluntad para que se pueda garantizar su compatibilidad con el trato respetuoso requerido por la dignidad de la persona humana.